jueves, 2 de julio de 2009

trigésimo sexto poema...nebulosas


nebulosas relampagueastes imagenes, que a mi mente llegan...

son un bello marco de batallas en donde la sangre brota en largos torrentes que llegan hasta el ocaso de la luna...

el resplandeciente brillo de ella me recuerda el viaje enigmático por la cúpula celeste, en ella vi como su silueta se enternecía con mi mirada y blandía su espada en una cabalgata descomunal...

por los parajes de la nada y el olvido de su alma...

negando mi historia soy traidor de mi propia esencia perdida en el mar de los olvidos...

a donde sea que vallas tu alma se quedara a mi lado y a tu lado mi corazón de ira dejando en mi el dulce y enigmático sabor de tus labios los cuales jamas probé...

el sonido del mar es como el canto de tu ser, un leve crepúsculo de amor y locura encarnecida por el mal de los ayeres y los mañanas del pasado...

no puedo ni presindir de tu amor mi bella mortal un calido suspiro del alma es tu sorrisa, que llegaba a mi alma y le encarnecia el deceo de amor y bella paz que tanto busque...

la cual ahora en el preludio del final en este recorrido, es de mi vida, y no veo, ni por reconditos pasajes ni por una casual, e inexistente casualidad tu rostro, y tu perdido recuerdo el cual posa a mi muerte con el castigo a mi alma la cual a los infiernos va de la mano de la nada...

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