
las sinfonías nocturnas silencian sus gritos de auxilio y hacen ignorante a mi corazón de su dolor...
su mirada se inclina a mi rostro y se queda en un perpetuo silencio el cual comparto al ser enigmática su belleza y oscuro su dolor...
añoro tocar su corazón en medio de las noches que nos encontramos solos y en un extraño instante de silencio su alma da la vuelta y me deja en el silencio de mi soledad, con tan solo de compañera a la diosa azulada que me cuida en mi travesía nocturna...
la dulce tristeza que aun me acompaña es infinita, su cálido recuerdo en mis labios perdura a pesar de ser golpeados por el fango desértico que choca en ellos... la noche y el polvo desértico hacen perder mi cuerpo en el viaje que recorro... sus manos tocan el cristal que nos separa con la esperanza de volvernos a ver...
su aliento se confunde con la brisa de la mañana que hace continuar a mi cuerpo en su vagante y errático camino por encontrar el final de la historia...
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