miércoles, 1 de julio de 2009

Decimo cuarto poema...

la noche en mi solitario amanecer es frió y desolado...
trajo a mi el recuerdo de la noche que deje ir...

cálidamente las copas de los arboles se inclinan de un lado a otro por la brisa de su aliento, que susurra frases que ya no entiendo...

del fulgor de los vientos una mariposa carmesí, se posa en mi ventana y emprende el vuelo nuevamente con mi corazón en sus finas garras...
en sus alas que bailan al compás del vuelo, un extraño polvo se esparce a mi alrededor, multicolores de la infinidad llegan a mi proyectados en destellos que se apagan en la brisa de sus ojos...

de la noche llego un sentimiento perdido que me detiene por segundos, minutos y al final detendrá el latir de mi corazón...para toda la eternidad...

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